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ὤσπερ γαρ τα των νυκτερίδων ὅμματα προς το φέγγος ἔχει το μεθ’ ἡμέραν, οὕτω και της ἡμετέρας ψυχης ὁ νους προς τα τῃ φύσει φανερώτατα πάντων.
“Ciertamente, del mismo modo en que se encuentran los ojos del murciélago ante la luz del día, así se encuentra el entendimiento de nuestra alma ante las cosas más evidentes de todas por naturaleza.”
(Met. 993b 9-11)
lunes, 3 de noviembre de 2014
jueves, 30 de octubre de 2014
martes, 28 de octubre de 2014
lunes, 27 de octubre de 2014
domingo, 26 de octubre de 2014
jueves, 16 de octubre de 2014
Programa IX - 29/12/11 LA VIDA
En los programas anteriores estuvimos hablando de la muerte. El problema o
misterio de la muerte, nos lleva inmediatamente hacia el problema o misterio de
la vida.
El problema de la vida consiste en definir qué es la vida. Esta definición
implica la definición de hombre.
Ya hablamos de la vida vegetativa, sensitiva y racional:
Vida vegetativa: abarca
las funciones de nutrición, crecimiento y reproducción.
Vida sensitiva: adhiere
el sistema perceptivo. Se percibe lo presente, lo distante, lo pasado y lo
futuro.
Vida intelectiva: con
voluntad y pensamiento.
Hay cinco características que pueden indicar la vida:
Automovimiento: aquello que tiene dentro de sí el principio de
movimiento.
Unidad: la unidad de lo inerte es tan pobre, que su
ruptura no implica un dejar de ser.
Inmanencia: la posibilidad de una interioridad.
Autorrealización: tendencia hacia una plenitud de desarrollo y hacia
la muerte.
Ritmo cíclico y armónico: se va desplegando a base de movimientos
repetidos.
Por otro lado, el misterio de la vida consiste en que es muy difícil
explicar la vida. Dos medias células que independientemente no sobreviven mucho
tiempo, dan lugar a un ser con pretensiones de eternidad. O, al menos, de
inmortalidad.
No podemos explicar muy fácilmente la vida. El doctor Frankestein daba vida
a su creación mediante electricidad. Hay algunos cuentos de Alan Poe en los que
se devuelve la vida a algunas personas mediante la descarga eléctrica en algún
músculo.
Tenemos un deseo de eternidad que no podemos comprender, porque todo lo
captamos temporalmente. Pensamos en la eternidad como un presente que no
termina. O buscamos la inmortalidad en una reencarnación constante. Pero en el
fondo, sabemos que no es esto lo que queremos. Hay algo que no nos cierra. El
no morir nunca es algo que tampoco nos convence del todo. Para vivir una vida
dolorosa, es preferible no vivir.
La piedra filosofal. Es una solución a este deseo. Pero tiene un plus. Es
fuente de vida pero, además, puede convertir en oro todo lo que toque. Los
alquimistas se quemaron las pestañas buscando el secreto de la piedra
filosofal, fuente de eterna juventud, pero también de felicidad, porque no
basta con vivir, sino vivir bien.
Otro personaje es el Judío Errante. Una persona condenada a vivir,
condenada a no morir. La leyenda hebrea dice que el judío errante era un
zapatero que se rió de Jesús cuando pasó cargando la cruz. Jesús le dijo:
“Caminarás”. Desde ese momento, el judío quedó condenado a caminar eternamente,
sin poder morir.
Calderón de la Barca escribe en el siglo XVII La vida es sueño. En ella se narra una historia que tiene
reminiscencias a una de los relatos de las mil y una noches. En esta historia,
dos hermanos gemelos, hijos del rey, deben ser criados por separado. Al parecer,
uno de los hermanos era bueno y el otro malo. Se debía procurar que el heredero
del trono fuera el hermano bueno. Llegados ambos a la madurez, se descubre que
se equivocaron de hermano. Durante una noche el padre cambia a los hermanos,
sin que ninguno de los sirvientes se entere.
Al día siguiente, cada hermano reclamaba su situación anterior. Pero los
sirvientes aclaraban que era sólo un sueño. Que siempre había sido príncipe el
que reclamaba la cárcel; y que siempre había sido prisionero quien reclamaba el
trono.
Otra obra de Calderón de la Barca es el Gran Teatro de la Vida, en la que
cada personaje recibe de Dios un papel, que debe representar en la obra. La
vida es como una gran obra de teatro en la que Dios es el director y cada uno
de nosotros los personajes que realiza el papel.
Programa VIII: 22/12/11 LA MUERTE II. Filosofía
Antes de comenzar, dos anécdotas:
Solón, uno de los siete sabios de la antigua Grecia, lloraba la muerte de
su hijo. Un amigo se acerca y le dice:
«¿Por qué lloras, si sabes que es inútil?»
«Por eso, contestó Solón. Porque sé que es inútil.»
Porque cuanto más inteligente, profunda y sensible es una persona, más
probabilidades tiene de cruzarse con la tristeza. Quién está triste, se olvida
de la soberbia, se ensimisma, piensa. La tristeza es hija y madre de la meditación.
Otra anécdota: cuando el filósofo Anaxágoras recibe la noticia de la muerte
de su hijo; el filósofo respondió:
«Sabía que no lo había engendrado inmortal»
Desde la filosofía, ya Heráclito decía algo así: “Inmortales mortales,
mortales inmortales, viviendo la muerte de aquello, viviendo la vida de
aquello”. No por nada le decían el oscuro de Éfeso. Le habla a quienes son
mortales e inmortales al mismo tiempo: el hombre; para decirle que hay algo de
ellos que vive en la medida en que algo de ellos muere. A medida que el cuerpo
va muriendo, el alma va tomando más vigor, se va haciendo más sabia, va
viviendo más.
Para Sócrates, la vida virtuosa era ya un premio. Por lo tanto no era tan
necesario un más allá de justicia, donde los malos sean castigados y los buenos
recompensados; cosa tan contraria a lo que vemos en la vida cotidiana. Él decía
que la simple vida vivida en la filosofía y en la virtud era una recompensa en
sí misma.
La Apología de Sócrates cuenta el juicio en
el que se condena a Sócrates. Luego de que el tribunal encontrara culpable a
Sócrates, debe decidirse el castigo. Los acusadores proponen la muerte del
filósofo. Éste, propone a su vez, ser mantenido por la ciudad en un cargo de
honor. Al fin se decide la muerte del filósofo.
A continuación,
Sócrates habla sólo a un grupo, al que él llama jueces, los verdaderos jueces:
“La muerte es una de
estas dos cosas: o bien el que está muerto no es nada ni tiene sensación de
nada, o bien, según se dice, la muerte es precisamente una transformación, un
cambio de morada para el alma de este lugar de aquí a otro lugar. Si es una
ausencia de sensación y un sueño, como cuando se duerme sin soñar, la muerte
sería una ganancia maravillosa. Pues si alguien, tomando la noche en la que ha
dormido de tal manera que no ha visto nada en sueños y comparando con esta
noche las demás noches y días de su vida, tuviera que reflexionar y decir
cuántos días y noches ha vivido en su vida mejor y más agradablemente que esta
noche, creo que todos encontraría fácilmente contables estas noches
comparándolas con los otros días y noches.
Si la muerte es algo
así, digo que es una ganancia, pues la totalidad del tiempo no resulta ser más
que una sola noche. Si, por otra parte, la muerte es como emigrar de aquí a
otro lugar y es verdad, como se dice, que allí están todos los que han muerto,
¿qué bien habría mayor que éste, jueces? Pues llegar uno al Hades y dialogar
allí con todos los que ya murieron, estar en su compañía, sería el colmo de
felicidad. En todo caso, allí no se puede condenar a muerte.
Pero es ya hora de
marcharnos, yo a morir y ustedes a vivir. Quién de nosotros se dirige a una
situación mejor es algo oculto para todos, excepto para el dios.”
Platón, el discípulo de Sócrates, defiende la inmortalidad del alma en el Fedón, que es el diálogo que cuenta la
muerte de Sócrates. Defiende que alma pre-existe al cuerpo y sobrevive después
de la muerte. Sócrates, antes de beber el veneno discute con Simmias y Cebes
acerca de la posibilidad de que el alma siga existiendo.
Aristóteles, el discípulo de Platón, decía que en realidad, el hombre es el
compuesto de alma y cuerpo; que no son dos sustancias separadas, como decía
Platón, sino dos co-principios presentes en una misma cosa. Si deja de existir
un principio, deja de existir su co-principio. Si cuerpo y alma se separan, ya
no son más cuerpo y alma. El cuerpo muerto no es cuerpo, es cadáver, es otra
cosa.
Para Epicuro es más fácil. La muerte es la ausencia de vida y el hombre es
un ser vivo. Entonces, no tiene sentido temer a la muerte. Cuando el hombre
está porque está vivo, la muerte no está. Y cuando está la muerte, el hombre ya
no está.
Boecio, un amigo de este programa, recibe en la cárcel la visita de la
Filosofía, que lo va a consolar en los últimos momentos antes de recibir su
ejecución. Entre otras cosas, llegan a ver la facilidad con la que se puede
matar a un hombre. Basta un solo gusano para terminar con su vida.
Para Heidegger, en el siglo XX, el hombre es un ser-para-la-muerte, un ser
que muere. Vivir es morir. Los vivos estamos porque todavía no morimos. Esta
angustia se enfrenta aceptando que todo es nada y vamos hacia ahí.
Para Sartre, la vida es absurda. Es absurdo que hayamos nacido, es absurdo
que muramos. La vida es una pasión inútil. Todo existente nace sin razón, se
desarrolla por debilidad y muere por azar. Es un hecho contingente al que no
vale la pena dedicarle tiempo.
Por último, dice Bendicto XVI: En presencia de la
muerte es inevitable preguntarse por el sentido de la vida. En la antigüedad,
el filósofo era el que sabía enseñar el arte esencial: el arte de ser hombre de
manera recta, el arte de vivir y de morir. El auténtico filósofo era el que
sabía indicar verdaderamente el camino de la vida.
Cuando hablamos de vida eterna, ¿De verdad queremos
esto, vivir eternamente? Seguir viviendo para siempre parece más una condena
que un don. Ciertamente se querría aplazar la muerte lo más posible. Pero vivir
siempre, sin un término, sólo sería a fin de cuentas aburrido y al final,
insoportable. Dice San Agustín: “pensándolo bien, no sabemos en absoluto lo que
deseamos, lo que quisiéramos concretamente”.
Dice, también, San
Pablo: “no sabemos pedir lo que nos conviene”.
Lo único que sabemos,
es que no es esto. Hay en nosotros una sabia
ignorancia. No sabemos lo que queremos, no conocemos la verdadera vida que
deseamos, pero esperamos por el sólo hecho de que alguien nos la prometió.
Programa VII - 15/12/11 LA MUERTE I
Catálogo de los posibles destinos conforme a las distintas creencias:
Cada cultura se ha forjado la posibilidad de seguir viviendo más allá de la
muerte. Y estas creencias se custodian en los mitos.
Dante
Dante viajó a través de los tres posibles destinos del hombre después de la
muerte: el infierno, el purgatorio y el cielo. Todo por amor a una mujer:
Beatriz. Pero no fue el único mortal que entró a los infiernos sin haber
muerto. Ya mucho antes, el poeta Orfeo había encontrado la entrada al infierno
y había ingresado sin haber muerto. También por amor a una mujer: Eurídice.
Platón no lo quería mucho a Orfeo. Creía que era muy poco noble meterse vivo al
infierno por su dama. Habría sido mejor haber muerto por ella...
Grecia
Plutón era el nombre que le dieron los romanos al dios Hades. Era hijo de
Cronos y Rea, y hermano de Zeus y Poseidón. Después de haber derrocado al
padre, los tres hermanos se repartieron el universo. A Hades le tocó el mundo
subterráneo, el reino de los muertos. Ahí vive con Perséfone, su esposa.
Este mundo subterráneo, también llamado Hades, estaba dividido en dos
regiones, Erebo, donde iban los muertos apenas morían; y el Tártaro, la región
más profunda. El tártaro estaba custodiado por Cerbero, el perro de tres
cabezas.
Los griegos en general creían que después de la muerte, el alma debía
atravesar el rio Aqueronte. Un río
lento, negro y profundo. La única manera de cruzar es en la barca de Caronte. Por cada viaje cobra un óbolo.
Por eso los antiguos enterraban a sus muertos con una moneda en la boca. Otro
río del infierno es el Leteo, el río
del olvido.
Los seguidores de la religión órfica,
una secta que seguía al poeta Orfeo, creían en la metempsícosis. Esto es la
transmigración de las almas a través de los cuerpos, mejorando de vida conforme
al comportamiento en la vida anterior. Es muy semejante a la creencia de los
hindúes. El alma se va reencarnando hasta alcanzar el Nirvana, que es algo así
como el abandono en la nada.
Thanatos es un espectro oscuro, una
creatura escalofriante que suele aparecer como un joven serio, triste y
melancólico, con grandes alas opacas y una antorcha encendida que usa de manera
invertida sosteniéndola en su mano. Lo acompaña una sombría mariposa que nos
recuerda que la belleza goza de una vida muy breve. También se adorna con una
corona para demostrar su señorío sobre todo viviente. Posee dos grandes y
oscuras alas y una espada afilada con la cual pone corte a la existencia. Es un
dios a veces frío y distante; otras, acongojado y lloroso. Se ha limitado a ser
sólo una sombra, una fuerza oculta en la oscuridad, opacado por el terrible
Hades, el señor del Inframundo y de los muertos. Es hijo de Nix, la noche y
hermano gemelo de Hipnos, el dios del sueño. Ambos hermanos deliberan, por las
noches, quién se llevará a cada mortal. Hipnos, cuando se esconde el sol, trata
de imitar a su hermano mayor, otorgando a los seres humanos la dulce embriaguez
del sueño que nos interrumpe la consciencia, por unas horas, para que así descansemos
del mundo que nos circunda, de nosotros mismos y de nuestros propios fantasmas,
siempre que no sigan habitando nuestras pesadillas.
Egipto
Los egipcios creían que el ka es
el alma que sobrevive a la muerte del hombre. Sale del cuerpo en el último
suspiro. Esta parte del espíritu de los difuntos era llevado por Anubis hasta el lugar del juicio. El corazón
del muerto, símbolo de su moralidad, era pesado en una balanza junto con una
pluma que representa el Maat, el concepto e verdad, armonía y orden universal.
Si el resultado era favorable, el difunto era llevado ante Osiris. Si no, el
corazón era devorado por Ammit, que impedía así su inmortalidad.
El difunto que era llevado ante Osiris, debía responder con las palabras
aedcuadas, que estaban escritas en el libro de los muertos. Dice así:
“No he mentido al tribunal. No he sido perezoso. No
conozco la mala fe. No he cometido sacrilegio. No he usurpado a nadie su
tierra. No he hecho llorar a nadie. No he matado. No he robado las bandas ni
las provisiones de los muertos. No he cortado un canal. No he privado de su
leche a los recién nacidos. ¡Soy puro! ¡Soy puro! ¡Soy puro!”
El cristianismo católico no acepta el abandono en la
nada del hinduísmo. Cuando se dice que el hombre es nada, es en comparación con
Dios. El salmo 8 dice que contemplando el cielo y las estrellas, todo lo que
existe en la creación, el hombre es nada, y sin embargo, fue creado un poco
inferior a los ángeles. Para el catolicismo, hay tres posibilidades después de
la muerte. Un estado temporal de purificación, que es el purgatorio. El
infierno para quienes no aceptaron a Dios, y el Cielo, para quienes buscaron a
Dios.
Programa VI - 08/12/11 EL SER ARGENTINO II
Decíamos que lo que vamos a buscar es la esencia del argentino. La
identidad argentina. No tenemos ninguna seguridad de que la vayamos a
encontrar. Pero vale la pena el intento. Tal vez la filosofía sea simplemente
este intento. Como decía Aristóteles, lo importante no es la meta, sino el
camino mismo.
La filosofía se nos presenta como un remedio contra el macaneo. A lo mejor
podemos zafar del macaneo con el ejercicio del pensamiento. No solamente es
algo simpático y cotidiano. Es importante y urgente.
El mejor modo de matar un árbol, es destruyendo sus raíces. Para conocer
bien el árbol, hay que conocer las raíces. Pero las raíces no están a la vista.
Hay que escarbar un poco para llegar a las raíces. Eso es la filosofía. Una
búsqueda que no se queda en lo superficial. Una búsqueda que va hacia lo más
hondo...
Cuando el Principito llega a la tierra, uno de los primeros personajes que
encuentra es una flor. Cuando le pregunta por los hombres, la flor le responde
que no se sabe nunca dónde encontrarlos. El viento los lleva. No tienen raíces.
Les molesta mucho el no tenerlas.
Hay que buscar nuestras propias raíces. Qué es lo que somos se manifiesta
en nuestras raíces. Si las tenemos bien fuertes y profundas, es muy difícil que
el viento nos tumbe. Pero si nuestra raíz anda por arribita no más, la más leve
brisa nos va cambiando de lugar.
En nuestras raíces se encuentran el gauchismo y el aborigen, el inmigrante,
el ciudadano y el campesino, el criollo de la llanura, del litoral, de la pampa
inconmensurable, del monte chaqueño, del calor de Santiago y de los vientos
sempiternos de la Patagonia, los viñedos de San Juan y Mendoza, Salta, los
Chalcaleros, los Nocheros, la Mona Giménez y Les Luthiers, el mate, la cerveza
y el tereré, la taba, el sapo y el fulbito.
Tal vez, la argentinidad sea el encuentro armonioso de todo esto. No el
pastiche, sino la armonía. Como el Fernet, que lleva un montón de hierbas, pero
armonizadas, mezcladas, decantadas. Tal vez nos falte decantar un poco más...
Programa V - 01/12/11 EL SER ARGENTINO
Entender la esencia del ser argentino es algo muy difícil. No es una tarea
de una sola noche. Hace un tiempo atrás había un programa que buscaba el gen argentino. Encontrar qué es lo
que nos identifica es muy difícil, porque siempre es difícil hablar de uno
mismo. Es un camino largo, que baja y se pierde.
Decía Platón que hay una íntima relación entre la ciudad y el ciudadano de
esa ciudad. En la República, compara
la justicia del Estado con la justicia del alma. Aristóteles muestra también en
la Política la íntima relación entre
el ciudadano y su ciudad. Cada uno somos reflejo de nuestro país, y el país lo
construimos entre todos.
Atahualpa decía que el hombre es tierra que camina. Nuestro maestro Alberto
Baretta nos decía que al nacer, como que generamos un contrato con el primer
aire que respiramos y siempre necesitamos volver.
¿Qué es lo que nos identifica como argentinos?
El mate
El dulce de leche
El asado
Y todo lo que dice Bersuit...
Hay héroes argentinos: Super Hijitus, Patoruzú.
Grandes pensadores: Inodoro Pereyra, Mafalda, Diógenes, el linyera.
Para conocer la argentinidad desde dentro, podemos prestar atención a sus
mitos y leyendas. Que como vimos, no son pura fantasía, sino que tienen una
gran importancia.
El quirquincho
Había un quirquincho viejo en Jujuy, que tenía gran gusto por la música. Le
gustaba pasar horas escuchando cantar a las ranas. Pero las ranas lo
despreciaban porque el quirquincho no sabía cantar.
Un día pasó un hombre con una jaula de canarios. Las ranas se dijeron que
en realidad, los canarios no son más que ranas con plumas. Pero el quirquincho
las siguió. Y como el hombre caminaba muy rápido, no lo pudo alcanzar. Sí llegó
a la casa de un hechicero.
El quirquincho le pidió al hechicero poder cantar como las ranas y los
canarios. El hechicero le prometió que se lo iba a conceder a cambio de su
vida. El quirquincho aceptó. El hechicero le dijo: - desde mañana vas a cantar
mejor que los canarios y las ranas, pero esta noche me pagarás con tu vida.
El quirquincho aceptó, aún sabiendo que iba a cantar después de muerto.
Al día siguiente, el quirquincho apareció cantando, en manos del mago,
convertido en charango. Las ranas se morían de envidia cuando lo vieron, pero
no sabían que el quirquincho había entregado su vida por el arte.
La Telesita
Telésfora Castillo vivió en la región del Salado, en Santiago del Estero.
Una versión cuenta que era una joven de poca inteligencia que mendigaba y que
murió quemada al intentar calentarse junto al fogón.
Otra versión la presenta como una joven a la que sólo le gustaba bailar y
que se sintió atraída por la música de una caja. Al pasar cerca del fuego, una
chispa saltó y encendió su vestido.
Kakuy
Cuenta una de las leyendas que el dios Sol, disfrazado de joven apuesto
enamoró a Urutaú, una hermosa doncella. Luego de seducirla, se va a instalarse
en el firmamento. Desesperada en su dolor y abandono, Urutaú sube a un árbol
muy alto para mirarlo siempre y para llorar su ausencia.
Atajacaminos
Otra ave es el atajacaminos. Es un ave nocturna y de canto monótono que
sale a los caminantes a la tarde.
Se dice que a los que sacan los huevos de este animal, le sucede un
adormecimiento cataléptico.
Programa IV - 24/11/11 EL LOGO DEL PROGRAMA
La explicación del logo del programa es algo que quedaba pendiente. Para
quienes no lo conocen, son tres murciélagos. Desde ya aclaramos a todos los que
nos mandan miles de mensajes preguntándonos si es una referencia a Batman, que
no. No es Batman. Tampoco somos nosotros. Porque somos 4 y los murciélagos son
tres.
Primero, hay que aclarar que quisimos representar a la filosofía. Muchas
veces la filosofía es representada con una lechuza. Algunas facultades de filosofía
toman como logo a la lechuza.
La lechuza aparece representada junto a la diosa Atenea, la diosa de la
guerra y de la sabiduría. Representa la posibilidad de ver cuando el resto ve
oscuro. Donde el resto no ve por ser oscuro, la lechuza va escudriñando, en
busca de su presa. Pero la asociación entre la lechuza y la filosofía procede
de Hegel, el filósofo idealista alemán que murió en 1831.
Pero en la antigüedad, Aristóteles no representaba a la filosofía con la
lechuza, aunque algunas malas traducciones digan que él hablaba de “lechuza” y
“ave nocturna”. El texto griego dice: murciélago. Dice:
“El estudio de la verdad es difícil y fácil al mismo tiempo. No es posible
que alguien alcance toda la sabiduría ni que se equivoque totalmente. Pero su
dificultad no está en las cosas, sino en nosotros mismos. Porque, ciertamente,
del mismo modo en que se encuentran los ojos del murciélago ante la luz del
día, así se encuentra el entendimiento de nuestra alma ante las cosas más
evidentes de todas por naturaleza.”
La vista del filósofo se hace torpe hacia las cosas que para los demás son
más evidentes, como las cosas ante la luz para el murciélago o como el prófugo
que es liberado de la caverna en el mito de Platón. Pero el murciélago se puede
mover con mayor soltura durante la noche, cuando el resto no ve nada.
Por eso la filosofía es un adentrarnos en un terreno oscuro, pero donde la
razón empieza a escudriñar como la lechuza o el murciélago, que salen a buscar
su presa a la tardecita, cuando oscurece.
Uno más. El filósofo argentino Arturo Roig, perteneciente a la filosofía de
la liberación, decía que mejor representaba la calandria a la filosofía
argentina y latinoamericana. Porque es como un canto del amanecer, del amanecer
de la filosofía en estas tierras. Sin embargo, parece mejor el ave nocturna.
Como dice Castellani, en filosofía se avanza en la
oscuridad. Es una linterna que avanza en la noche. En este camino sólo se puede
andar de noche. De día se trabaja.
Programa III - 17/11/11 LAS MUSAS
Una de las primeras cosas que se estudian en la filosofía antigua es lo que
se conoce como paso del Mito al Logos. El paso de lo mítico a lo racional.
Cuando las respuestas a las grandes preguntas dejan de ser respondidas con los
mitos que se pierden en la historia y comienzan a responderse en forma
racional. Normalmente se considera primer filósofo a Tales, que responde lo
mismo que Hesíodo, de algún modo. Que el principio, que la causa única y
primera de todas las cosas es el agua. Que en donde estaba lo húmedo había
vida, y donde faltaba, había muerte. Ya lo planteaba la cosmogonía de Hesíodo,
al poner entre los primeros dioses a Océano.
Desde allí, hay distintas relaciones y distintos momentos entre la
filosofía y los mitos, la filosofía y las musas. A veces en una buena relación;
a veces en forma opuesta.
Hesíodo
Hesíodo fue un campesino de mediados del siglo VIII a.C. Tenía un rebaño
que apacentaba en el monte Helicón, donde se le manifiestan las musas.
La Teogonía de Hesíodo comienza
con la inspiración de las musas. Las musas se van a dirigir a este pastor de
Beocia y van a ser la garantía de la veracidad de lo que va a contar.
“Ellas precisamente enseñaron una vez a Hesíodo un bello canto mientras
apacentaba sus ovejas al pie del divino Helicón. Este mensaje a mí en primer
lugar me dirigieron las diosas, las Musas Olímpicas, hijas de Zeus portador de
la égida:
«¡Pastores del campo, triste oprobio, vientres tan sólo! Sabemos decir
muchas mentiras con apariencia de verdad; y sabemos, cuando queremos, proclamar
la verdad!»
Así hablaron las hijas de Zeus. Me infundieron voz divina para celebrar el
futuro y el pasado y me encargaron alabar con himnos la estirpe de los felices
Sempiternos y cantarles siempre a ellas mismas al principio y al final.”
Parménides
Parménides nació en Elea en la segunda mitad del siglo VI a.C. En su
filosofía trae una novedad con un principio racional: El ser es y el no-ser no
es. Este principio le fue revelado por la diosa Dike.
A Parménides no son las musas quienes lo van a guiar, sino las ninfas:
“Los caballos que tiraban de mi carro me llevaron por el camino famoso de
la divinidad que conduce al hombre sabio a través de todas las ciudades. Las
ninfas guiaban mis pasos. Las hijas de Helios abandonaron la mansión de la
noche para guiarme hacia la luz y apartaron con sus manos los velos que cubrían
sus cabezas. Allí se encuentran las puertas que dan a los caminos de la noche y
del día. La puerta está cerrada por fuertes hojas y Dike (diosa de la justicia),
que castiga severamente las faltas, guarda los cerrojos de doble vuelta. Las
ninfas se dirigieron a ella con palabras dulces y consiguieron que descorriera
el cerrojo de la puerta. La diosa me recibió con benevolencia, tomó mi mano
derecha con la suya y me habló en estos términos...”
Platón
Platón, el filósofo de Atenas del siglo V a.C., tiene una mala relación con
las musas... Cuando organiza la ciudad en la República, lo poetas quedan fuera.
La relación de Platón con los poetas exige un estudio más profundo. Pero a
grandes rasgos, lo que el filósofo critica es la gran distancia con la verdad.
Desde la perspectiva de la metafísica platónica que plantea que el mundo
cotidiano es una copia, una apariencia de la realidad; que la realidad, que lo
más real de lo que existe son las ideas que fundamentan las cosas que vemos,
concluimos que lo que los sentidos nos muestran no es más que la copia de la
realidad. Nuestros sentidos nos permiten conocer esta realidad aparente, que es
una copia de la verdad.
El trabajo de los poetas es una imitación de lo que los sentidos nos
muestran, por eso se encuentran a doble distancia de la verdad.
El mundo sensible es una copia de la verdad. La producción poética es una
copia de la copia de la realidad.
Boecio
Anicio Manlio Severino Boecio nació en Roma alrededor del 480 d.C. Hacia el
524 fue acusado, arrestado y ajusticiado sin poder defenderse.
La consolación de la filosofía es la obra más famosa de Boecio y fue escrita en
la cárcel. El libro comienza con el lamento del filósofo ante la triste fortuna
que le toca. Las musas se encuentran a su alrededor consolándolo y lamentándose
con él. En ese momento se aparece una mujer de aspecto venerable, con los ojos
refulgentes y penetrantes hasta más allá de la acostumbrada capacidad de los
hombres. La mujer aleja a las musas porque son sirenas de guardarropía que no
pueden brindar ningún alivio a sus dolores, sino que le alimentan con sus
dulces venenos. Boecio descubre que esta mujer es La Filosofía. Ella le dice:
“¿Cómo podría olvidarte, discípulo mío, y no compartir contigo, participando en
tus fatigas, la carga que te has visto obligado a echarte encima, debido al
resentimiento suscitado por ser mi discípulo? Además, era inadmisible que
Filosofía dejase sin compañía a un inocente, a lo largo de su doloroso camino.
Castellani
Leonardo Castellani nació en Reconquista en 1899 y falleció en 1981. Entre
sus obras se encuentra camperas, un grupo de fábulas escritas con personajes y
estilo criollo. En la primera de las fábulas, aparece la musa:
“Una buena mañana resulta que me determiné a escribir fábulas. Agarro y me
bajo al jardín con Iriarte, Samaniego, La Fontaine y Esopo, entre otros.
Y estando en esas, dale que te dale a los libros, de repente se me aparece
la musa de la Fábula.
-¡Ah! ¡Torpe, torpe! ¿Qué haces revolviendo papelotes? ¡Escribe simplemente
lo que se te haya ocurrido!
-No se me ocurre nada -le dije.
-Entonces no escribas nada. ¿Quién te manda escribir? ¿Qué se pensaron
ustedes, lo que escriben libros a la fuerza? Un libro no se debe hacer sino
cuando uno ha concebido allá dentro un concepto vivo, que debe salir a la luz
para bien del mundo.
-Yo, señora -le contesté humildemente- no es que no tenga algo que decir al
mundo, sino que lo que tengo es medio pobre y buscaba con qué adornarlo.
-Más vale salir pobre, que no vestido de ajeno -dijo ella-. Yo tampoco
llevo sedas, sin embargo no voy a robar
a mi hermana Melpómene.
Y me señaló su blusa de percal, y su pollera de merino, el pañuelo del
cuello y el rebenque sin virolas.
-¡Pero eso es mentira! -exclamará algún lector adusto-. Ni hay Musa de la
Fábula, ni las musas visten así, ni todo esto tiene pizca de verosimilitud...
-Es que esto es una fábula, la primera, mi amigo; que nos enseña que hoy
día las musas se visten como quieren, o como pueden, y que para escribir un
libro bueno, hay que olvidarse de todos los otros libros, después de haberlos
leído todos.”
Mito de las Musas
Hesíodo nombra a las nueve musas en la Teogonía.
“Las nueve hijas del poderoso Zeus son: Clío, la que da fama; Euterpe, la
muy encantadora; Talía, la festiva; Melpómene, la que canta; Terpsícore, la que
ama el baile; Érato, la deliciosa; Polimnia, la de variados himnos; Urania, la
celestial; y Calíope, la de bella voz.
Mnémosine las alumbró en Pieria, como olvido de males y remedio de
preocupaciones. Nueve noches se unió Zeus con ella. Y nacieron nueve jóvenes de
iguales pensamientos, interesadas sólo por el canto y con el corazón exento de
dolores.
Programa II - 10/11/11 LOS MITOS
Se puede definir el mito como “relato tradicional
que refiere la actuación memorable y ejemplar de unos personajes
extraordinarios en un tiempo prestigioso y lejano.”
Mito de Prometeo
Prometeo, hijo de Jápeto y Clímene (hija de Océano), hermano de Atlas,
Menetio y Epimeteo.
“Cuando dioses y hombres mortales se separaron, Prometeo presentó un enorme
buey como sacrificio a Zeus. Tratando de engañarlo, puso de un lado la piel, la
carne y las vísceras mezclado con la grasa. Por otro lado, ofreció al rey de
los dioses los huesos disimulados bajo la grasa. Desde ese momento, los hombres
queman los huesos de los animales como sacrificio a los dioses.
Cuando Zeus descubrió el engaño, se enojó con Prometeo y con los hombres, y
no les dio el fuego. Prometeo desafió otra vez al dios, robando el fuego y se
lo regaló a los hombres.
Esta vez, Zeus encadenó a Prometeo y lanzó sobre él su águila, que le comía
el hígado inmortal, que todas las noches volvía a crecer en la misma proporción
en que comía el águila durante el día.
Prometeo fue liberado erróneamente por Heracles, que también mató al ave.
Como Heracles era hijo de Zeus, Zeus calmó su cólera con Prometeo
Mito de Pandora
Luego del engaño de Prometeo y del robo del fuego, Zeus cambió el fuego con
otro mal para los hombres: pidió a Hefesto que mezcle agua con tierra y modele
una casta doncella, semejante a las diosas mortales. Atenea la adornó con un
vestido blanco y un velo bordado por ella, y en su cabeza puso una diadema.
Afrodita rodeó su cabeza de gracia, irresistible sensualidad y halagos
cautivadores. Hermes le dio una mente cínica y un carácter soluble.
Hermes envió así a Pandora, que fue recibida por el torpe Epimeteo, que no
tuvo en cuenta el consejo de Prometeo de no recibir nunca un regalo de Zeus.
La mujer quitó con sus manos la tapa de una jarra y los males se
dispersaron y llenaron a los hombres de grandes inquietudes. Sólo permaneció
dentro la esperanza.
Dolina interpreta que lo que se fugaron fueron los bienes hacia el cielo, y
sólo permaneció la esperanza, que es un castigo más.
Hay una semejanza entre este mito y el relato del
Génesis, que por culpa de Eva entran los sufrimientos a la humanidad.
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